Humo del tabaco: La exposición al humo del tabaco en espacios interiores es un importante contaminante del aire, que puede causar efectos adversos en la salud de las personas expuestas.
Compuestos orgánicos volátiles (COV): Estos compuestos se liberan de una variedad de productos y materiales comunes en el hogar, como pinturas, disolventes, productos de limpieza, desodorantes, entre otros. Algunos COV pueden tener efectos adversos en la salud a corto y largo plazo.
Dióxido de carbono (CO2): Aunque no es tóxico en concentraciones normales, niveles elevados de CO2 en espacios interiores pueden indicar una ventilación inadecuada y afectar la calidad del aire.
Formaldehído: Este compuesto químico se produce cuando los materiales que contienen formaldehido se incendian o se descomponen. La exposición a formaldehido puede causar efectos adversos en la salud, incluyendo problemas respiratorios y alérgicos.
Ozono: Este gas tóxico es producido principalmente por la contaminación del aire exterior y puede ingresar a los espacios interiores a través de ventanas y puertas. La exposición al ozono puede causar efectos adversos en la salud, incluyendo problemas respiratorios y cardiovasculares.
Material Partículado (PM): como el PM2.5 y PM10, son una mezcla de partículas sólidas y líquidas que pueden ingresar a los espacios interiores a través de ventilaciones y puertas. La exposición a estas partículas puede causar efectos adversos en la salud, incluyendo problemas respiratorios y cardiovasculares